Villahermosa.- El poeta tabasqueño Carlos Pellicer, el llamado “poeta de América” dejó un gran legado con su vasta obra literaria, pero tras partida de esta entidad quedó parte de su esencia en la casa que habitara con sus padres.
En el número 203 de la calle Narciso Sáenz, en el centro histórico, hace 117 años nació el museógrafo y político, en una casa estilo colonial, que debió abandonar a los 10 años de edad con sus padres en 1908.
El coordinador de la Casa-Museo, Fernando Salazar Gómez, señaló que Carlos Pellicer ya nunca regresó a vivir en este lugar, pues la propiedad fue vendida por sus padres.
Fue en 1985, refirió, cuando el gobierno del estado rescató la propiedad y realizó las adecuaciones necesarias para convertirla en lo que es hoy, con mobiliario y pertenencias personales del poeta.
La apertura de la Casa-Museo “Carlos Pellicer Cámara” ocurrió el 11 de junio de 1985, misma que contiene fotografías, documentos, poemas, muebles, el vestido de novia de su madre, anteojos y hasta un rostro grabado en yeso del poeta al momento de morir.
Cada estancia contiene 20 años de la vida de Carlos Pellicer, hasta completar los 80 que vivió.
En el primero refleja la sala de su casa, con un sombrero sobre un perchero y fotografías de la boda de sus padres Carlos Pellicer y Deifilia Cámara, entre otros objetos.
La biografía de sus primeras dos décadas de vida se detallan sobre una lona impresa, al igual que en el resto de los cuartos donde se replicó su habitación con una cama y varios pares de zapatos, o la recámara de sus padres, al igual que otra para mostrar sus poemas, libros y documentos.
En periodo vacacional llegan visitantes de otras entidades y del extranjero, mientras en temporada escolar se realizan visitas de alumnos desde preescolar hasta universidad, por lo cual son unas 600 personas las que cada mes recorren el museo.
Fernando Salazar comentó que se realizan eventos especiales como lectura de poesía, recitales poéticos-musicales, obras de teatro o presentación de libros, a fin de que el museo esté en movimiento.
“Y nuevas personas llegan para conocer este recinto cultural y saber más de nuestro máximo poeta, reconocido internacionalmente, y que tiene una gran presencia por su obra literaria y su obra museográfica y política”, señaló.
Incluso, añadió, a los visitantes se les cuentan historias o anécdotas de Carlos Pellicer que no están escritas en sus biografías, pero que fueron conocidas y contadas por sus amistades y quienes convivieron con él.
“Por ejemplo, cuando el poeta regresa a Villahermosa a finales de los 40 para crear un museo (el Parque Museo La Venta), se queda a vivir dentro del Museo Arqueológico de Villahermosa, en ese entonces ubicado en lo que hoy el Plaza de Armas”.
Allí, abundó, Carlos Pellicer vivía en una habitación pequeña de ese museo y una joven periodista le solicitó una entrevista, aunque el museo estaba ya cerrado.
“Cuentan que el poeta acostumbraba a andar desnudo una vez cerrado el museo, así que la joven llega y lo encuentra desnudo, y el poeta le dice: sí señorita, con gusto la atiendo, nada más deje que me ponga algo; toma sus lentes oscuros, se sienta y así le da la entrevista”.
Otra anécdota, añadió, es de jóvenes que iban a la Ciudad de México a estudiar y por necesidad lo buscaban para solicitarle ayuda. “Y siempre les decía: saben qué, no tengo dinero, pero tengo muchos amigos. Tengan esta tarjeta y vayan a ver a tal persona y ellos los van a ayudar”.
Carlos Pellicer, comentó, buscó apoyar al necesitado y ese interés se reflejó al final de su vida cuando decidió ser senador por Tabasco para ayudar a los chontales de Nacajuca y de otros municipios, por lo cual al fallecer en 1977 aún era legislador.
Los muebles en la Casa-Museo estaban resguardados en la casa de Carlos Pellicer en la Ciudad de México, pues sus propiedades las heredó a su sobrino Carlos Pellicer López, hijo de su único hermano, Juan Pellicer Cámara.
Los objetos son donados por su sobrino en 1985 al gobierno de Tabasco, mientras otros más fueron aportados por amigos del poeta, como poemas que les escribía y se los regalaba.
“Así fue como se fueron rescatando, donados por familiares y amigos y lo que se pudo conservar que estaba en el Museo Arqueológico de Villahermosa, donde tenía su habitación. Todos tienen su huella, la trayectoria de su vida que aquí se refleja”, aseguró.
La propiedad donde se encuentra la Casa-Museo tuvo distintos dueños, aunque en 1985 no se pudo rescatar completa, pues sus últimos propietarios la dividieron y uno de ellos había ya construido un edificio.
Carlos Pellicer diseñó el Parque Museo La Venta, en esta ciudad, donde se encuentran piezas colosales de la Cultura Olmeca, descubiertas en La Venta, Huimanguillo, cuya apertura ocurrió en 1958.
También en Villahermosa se erigió en 1980 el Museo Regional de Antropología “Carlos Pellicer Cámara”, enclavado en el complejo cultural llamado Centro de Investigación de las Culturas Olmeca y Maya (CICOM).